¿Por qué decidí comenzar a ayudar mientras viajo?

“El mundo es un libro y aquellos que no viajan solo leen una página”. – San Agustín

“Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”. – Mark Twain

“Viajar sirve para ajustar la imaginación a la realidad, y para ver las cosas como son en vez de pensar cómo serán”. – Samuel Johnson

Hay muchas frases populares que tratan de definir lo que se siente al viajar, lo que se aprende, o lo que cambia. Viajar es todo eso, y mucho más. Pero después de muchos años de viaje, para mí, hay una frase que cobra significado por encima de todas las demás:

“Viajar destroza tu concepto de lo normal” – Javier Godínez

Mientras crecía en el sur de España, pensaba que era normal ir a la escuela, tener acceso a la sanidad, y vivir una vida al margen de preocupaciones. Cuando a los 20 años, comencé a viajar y pensaba que era normal que con mi pasaporte pudiera ir a Japón sin necesidad de obtener una visa.

Además de poder viajar libremente por casi todo el mundo, también me parecía normal el buscarme la vida y poder vivir legalmente en países como Andorra, Francia, Holanda, Estados Unidos y México.

Pero poco a poco, viajar y vivir en diferentes lugares, me han puesto en situaciones en las que he conocido de cerca otras culturas. Otros mundos. Otras realidades.

Festilval Hindú en Sri Lanka, Febrero 2015

Viajar me ha enseñado que ni vida no es normal: soy un privilegiado.

Soy un privilegiado por la familia que tengo, por la educación que he recibido, por haber nacido donde lo he hecho, por tener el pasaporte que tengo, y por las posibilidades asociadas a dicho pasaporte. 

Soy un privilegiado por ser un ciudadano libre.

Sellos de algunas de las entradas en Estados Unidos, uno de los países con el acceso más restringido

Resulta curioso pensar que, siendo del sur de España, si hubiera nacido unos kilómetros más al sur, mi vida hubiese sido totalmente diferente:

Aunque mi familia posiblemente me habría querido igual, no habría tenido tanta seguridad ni tantas posibilidades. Además, si hubiese querido ir a donde he nacido realmente para buscarme la vida, hubiera sido muy difícil, ya que se me consideraría ilegal.

A veces pienso que vivimos en un mundo injusto, y en esos momentos, veo claramente que soy un privilegiado. Sí. Por todo lo dicho anteriormente, pero también soy un privilegiado por haberme dado cuenta de que todo lo que tengo no es normal. Y en un nivel más personal aun, soy un privilegiado por haber descubierto lo que me apasiona por encima de todas las cosas: viajar.

Quizás sea por eso por lo que trato de vivir viajando.

Quizás sea por eso que viajar ha sido lo único constante en mi vida falta de rutina.

A pesar de no tener muchas posesiones, soy afortunado
(Atardecer en Florianópolis, Brasil. Marzo 2018)

Además, soy un privilegiado por tener unos conocimientos que han permitido ayudar a otras personas. Durante mis viajes, y casi sin darme cuenta, ayudé a un pequeño hotel de Sri Lanka a mejorar como aparecía en los buscadores gracias a unas fotos que les tomé; recomendé unas mejoras en la web de una empresa de auto caravanas en Tailandia; o sugerí un cambio en el nombre de los tours de una empresa en Portugal. Por poner algunos ejemplos.

Acciones que de una forma u otra, ayudaron a estos negocios a llegar a más gente.  

Un día pensé…

¿Y si en lugar de ayudar a negocios, trato de ayudar a proyectos que a su vez traten de ayudar a más gente?

Por eso comencé a ayudar mientras viajo.

Porque tengo una vida privilegiada, poseo un conocimiento que puede ser útil, y hay personas que podrían servirse de dicho conocimiento para ayudar a otras personas.

Ese fue el inicio del proyecto Viaja, Disfruta y Ayuda.

¿Y tú? ¿Te consideras privilegiado? ¿Hay algo que podrías hacer para ayudar a los demás de forma desinteresada?
Responde en los comentarios y empecemos un debate