El aire parece estar más denso de lo habitual. Se siente en cada respiración. En cada movimiento. En cada conversación. Es como una especie de nube que nubla el momento, condensando toda la atención hacía una misma cosa.

Es tan evidente y tan global, que no importa quién seas ni donde estés, para que sepas de lo que estoy hablando, ¿verdad?

A muchos de vosotros la situación os ha sorprendido cerca de vuestros familiares y amigos. A algunos de nosotros, viajando. Lo que provoca que desde la lejanía, lo primero en plantearnos sea: ¿Dónde voy a pasar la cuarentena?

Cuando vives viajando, a no ser que tengas mucha suerte, lo más normal es que cualquier evento inesperado te pille lejos. Es un precio que aceptas, en parte, porque sabes que en una situación de emergencia normal puedes comprar un vuelo de último minuto y regresar a “casa”.

Sin embargo, estamos viviendo una situación de emergencia global. La primera en la historia de estas características. Una crisis impredecible en la que la opción de volver a “casa” no es tan fácil, y según como lo veas, ni siquiera recomendable.

Sobre todo teniendo en cuenta la situación de Europa. Tras el contagio en China, Europa ha sido la siguiente región donde el virus se ha expandido de forma descontrolada, superando con creces al gigante asiático. Especialmente en Italia y España, mi país. Es cierto que ninguna nación está preparada para esto, pero también es cierto que ha sido en estos países donde se ha tardado más en reaccionar, y también, donde se ha hecho de forma más ligera, torpe y poco efectiva. Hasta llegar al punto en el que el número de multas a personas por no cumplir la cuarentena ha superado en apenas unos días al número de contagios.

Lo que pueda pasar… no se sabe. Lo que sí sabemos es que la situación en España dista mucho de estar controlada. En parte por culpa de un Gobierno que no termina de aplicar las restricciones necesarias (y que han probado ser efectivas en otros países), y de una población que todavía no es consciente de la gravedad y alcance de la situación, cuya combinación podría resultar en el más que probable colapso de nuestro sistema sanitario. Algo que ya se predijo hace algún tiempo: 

Si a pesar de la situación de Europa, decides volver a España, te encuentras con el problema de los aeropuertos. Con cientos de vuelos cancelados y a tres conexiones de tu casa, las probabilidades de que llegues a tu destino son bastante escasas. Nunca antes hemos vivido un caos aéreo de este calibre. Y con este panorama, lo que menos quieres es quedarte varado en un aeropuerto, donde tras largas jornadas de estrés y nervios, las autoridades serán las que decidan dónde y cómo vas a pasar la cuarentena en el más que probable caso de no poder llegar a tu destino.

Porque ayuda lo que se dice ayuda, por parte del Gobierno no la vas a tener. Y una vez en esta situación, además de haber pasado por un punto de alto contagio, estarás solo. Digo esto basándome en las reclamaciones y experiencias de miles de españoles repartidos en el mundo que se han quedado sin poder regresar. Y si quieres contactar por teléfono con tu embajada más cercana: paciencia y suerte.

Por otra parte, está el precio. En el caso que decidas volver, tendrás que comprar un billete de último minuto, a un coste mucho mayor de lo normal (puede que incluso sea 5 o 7 veces más caro), restringiendo esta experiencia de acción / terror a las personas que dispongan del dinero necesario para comprar el billete. Pero incluso si consigues reservarlo nada te garantiza que puedas volar porque casi todas las aerolíneas hacen sobre venta. En estos casos, se prioriza el tener el avión completo sobre lo que supone el devolver el dinero a las personas que no puedan volar. Sobre todo teniendo en cuenta los indicios de que puedan cerrar las fronteras aéreas sin apenas previo aviso.

Precio de un billete de Air France durante el coronavirus

Precio de un billete de Air France durante el coronavirus

Todo esto es lo que te espera si decides intentar volver a “casa”. Por si no te has dado cuenta, he escrito “entrecomillada” la palabra “casa” durante todo el artículo. Porque si hay algo de lo que esta situación me ha hecho reflexionar por el momento, ha sido en la definición de la palabra casa. Por defecto, estaríamos hablando de la vivienda particular en la que resides… pero después de tanto tiempo viajando, instantes como este hacen mucho más evidente el hecho de que no tengo un lugar al que llamar “casa” (lo más cercano sería la casa de mis padres, de donde me fui cuando tenía 17 años).  

Si esta situación hubiera surgido a estas alturas de 2019 me hubiera pillado en Bali, Indonesia; en 2018 en Florianópolis, Brasil; en 2017 en San Cristóbal de las Casas, México. Irónicamente, el brote del coronavirus ha sido lo que indirectamente ha hecho que esté en Colombia, ya que tuve que cambiar la planificación que tenía para desarrollar el proyecto The Social Water, según la cual, en estos momentos tendría que estar precisamente en China. Pero esto es algo que ya explicaré en otra ocasión.

Teniendo en cuenta todo esto, creo que no te queda otra que tomártelo con filosofía estoica, sabiendo que no puedes controlar los acontecimientos y desgracias que están ocurriendo, pero si mostrar una actitud positiva al respecto para sacar lo mejor de la situación. Y si no te sirve este planteamiento, imaginemos que ocurre esto hace 20 años. No había tanto transporte ni tantas facilidades para estar conectado. Así que no estamos tan mal.

En conclusión, pienso que dadas las circunstancias, lo más sensato es quedarme en Colombia hasta nuevo aviso. Porque considero que tiene todos los ingredientes requeridos para poder pasar una temporada tranquila mientras se calman las aguas, y se normaliza la epidemia y reestablece el tráfico aéreo.

En realidad, lo que necesitas es un ohana, un lugar en el que puedas sentirte acompañado y como en casa para cumplir las medidas temporales impuestas por los gobiernos locales.

Esta es la primera de una serie de reflexiones que voy a plantearme, y que compartiré con vosotros en los próximos días. Si tienes alguna pregunta o hay algún tema sobre el cual te gustaría hacer una reflexión conjunta, déjamelo en los comentarios 😉