Una buena amiga me solía repetir una frase que a su vez su padre, un hombre muy sabio, le solía decir de vez en cuando:
“No te dejes llevar por la emoción del momento”
Y me pasó. Y me acordé de mi amiga y de su padre.
Cuando llevaba apenas 3 semanas en España, decidí regalarme mi próximo viaje. Si no sabes de lo que hablo lo explico en este video:
Tengo que reconocer que compré el billete de forma impulsiva, guiado por la emoción del momento. Una mezcla del miedo a que se agotara la disponibilidad o subiera de precio y el recuerdo de las sensaciones que tenía al estar en España. Un país, que ya no considero tanto como mi país:
Hace 13 años que me fui de mi ciudad, y desde entonces, he venido muchas veces… pero casi siempre con prisas (en algunas ocasiones he estado menos de 48 horas), como pensando en el siguiente lugar. He de reconocer que tengo una relación de amor / odio con mis orígenes, y nunca me he dado tiempo para solucionar esto.
Por eso, he cancelado el crucero y dejado mi siguiente viaje largo en “stand by”.
No he decidido quedarme. He decidido pararme. Y estos son los motivos.
En éste artículo encontrarás:
Las pequeñas cosas
El estar en constante movimiento requiere un sacrificio por encima de todos los demás: estar lejos de la familia y amigos de toda la vida. Y perderte las pequeñas cosas. Los cumpleaños y fechas especiales. Los conciertos y eventos culturales. Las reuniones y las conversaciones cotidianas.
Obviamente cuando viajo no tengo esto, pero tengo otros alicientes que me motivan a estar fuera y hacen que me merezca la pena. Sin embargo, algo se quiebra por dentro cuando una niña de 4 años te dice, extendiendo los brazos con tal amplitud que pareciera querer abrazar un mundo: “te quiero desde aquí hasta la piscina, y hasta la tele, y hasta el parque de bolas. Todo eso te quiero tito”.
Entonces, como si te cayera un rayo, quedas momentáneamente aturdido. Al recuperarte, empiezas a observar esas pequeñas cosas que habías pasado por alto: unos padres que se hacen un poco mayores, unas sobrinas que no paran de crecer, unos hermanos con los que hace demasiado que no compartes algo y unos amigos que se reúnen contigo el día de tu cumpleaños, algo que no pasaba desde hacía 6 años.
Y ese mismo día compré el billete de solo ida para mi próximo viaje. Emoción del momento = ERROR.
Han sido 2 meses llenos de sonrisas… y tengo ganas de más
Estoy cansado. Cansado de los encuentros puntuales, de los cafés con reloj y de contar las cervezas.
Desde que cambié de estilo de vida, lo que me sobra es tiempo. Y quiero dedicarlo sin prisas. Al menos un poco más.
Y como canta Chambao: «Ahí estás tú…»
A quién no supe querer
Eres la compañera con la que crecí y a la que nunca presté atención. Reconozco que nunca te miré con buenos ojos. Quizás no supe hacerlo.
No supe ver lo culta que eres. Ni lo interesante. Ni lo simpática. Ni lo bien que me haces sentir cuando estoy contigo. Especialmente en las interminables noches de verano, rodeados de buena compañía y cervezas frías.
He tenido que irme lejos para darme cuenta de lo impresionante que eres. Y entender todo lo que me falta de conocer de ti. Y es que eres única. Bella. Gitana, mora, latina y española. No me extraña que te ronden tantos pretendientes.
Quiero agarrarme a tu cintura un poco más. Al fin y al cabo, en ti están sembradas las raíces de mi alma.
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Cambio de estación
El estar en constante movimiento te provoca una sensación de perpetua despedida. Pero esta vez quiero ser yo el que diga adiós. O mejor hasta pronto. A todas esas personas que están de vacaciones por las costas españolas, y que como yo, tienen que volver a casa. Quiero sentir como regresa la calma a un lugar en el que estos momentos prácticamente no podría caber más gente. Y visitar alguno de esos rincones de Andalucía que mejoran en temporada baja.
Y quiero decirle hasta pronto también al verano. Llevo más de 5 años escapando del invierno y aunque no lo extraño, quiero vivir un otoño en el que haga falta una chaqueta para hacer una excursión en la montaña.
Y quiero que lleguen las nubes para ver como las tiñe el sol en cada atardecer…
Cosas pendientes
Creo que casi todos tenemos una lista de pendientes, los cuales, por una excusa u otra, no hemos llevado a cabo.
La mía es bastante dispar, y va creciendo con el tiempo. En ella está apuntado: Aprender a bailar salsa, tocar la guitarra o andar con patines. Iniciarme al kytesurf o mejorar mis habilidades en la escalada. Sacarme el carnet de moto que me permita volver a vivir sobre dos ruedas.
Cosas que siempre he querido hacer, pero que no he podido llevar a cabo por estar en movimiento. Quizás no pueda con todo, pero me comprometo a llevar a cabo al menos un par de ellas.
El viaje no termina aquí
Al escribir esto puede que dé un poco la impresión de que voy a dejar de viajar. Todo lo contrario. He encontrado las claves para vivir viajando y pienso seguir haciéndolo. De hecho, en los dos meses que llevo en España he visitado: Madrid, Faro, Islantilla, Isla Cristina, Málaga, Granada, Maro, Frigiliana, Nerja, Motril, Almuñecar, Velez Málaga, Frailes, Alcalá La Real, Valencia y Mallorca.
Planes improvisados que no han sido más que el aperitivo de lo que podrían ser unos meses en Europa. Por ahora tengo en mente: seguir recorriendo España en busca de abrazos y caras conocidas, una nueva vuelta al Camino de Santiago, regresar a Mallorca, visitar todas las Islas Canarias o tomar una (o varias) cervezas frías en la Octoberfest.
Y seguro que saldrán muchas otras opciones, porque nunca he estado en Europa con la libertad y flexibilidad de la que dispongo en estos momentos.
¿Hasta cuándo voy a estar en España? No lo sé. Conociéndome, llegará un momento en el que sienta que es el momento de volver a partir. Quizás en un tren transiberiano, quizás de regreso a América o quizás comenzar a caminar sin saber dónde me lleve el camino.
Lo que está claro es que el mundo no para de girar, y el viaje SIEMPRE continua
Seguiremos informando.
Próximamente…
Y los que estamos por aquí podremos disfrutar de tu alto en el camino…
Y los que estamos por aquí podremos disfrutar tan contentos de tu alto en el camino…
Nos vemos pronto.
Gracias José!! Eso es… nos vemos muy pronto 🙂
Ya lo hablamos entre cervezas y no sabes como te entiendo, así que me alegro de tu decisión. Hay veces en las que hay que saber escuchar lo que te pide el cuerpo en vez de lo que dictan las emociones!
¿¡Cervezas!? Si lo hablamos entre helados de nutella, ¿no? jeje
A mi me alegra que te alegre, así que pronto pasaré por Madrid a tomar esas cervezas pendientes 🙂
Me alegro de la decisión que has tomado, así podremos cumplir el propósito de tomarnos una cervecita en esa Málaga la Bella tranquilamente.
Lo mejor en la vida es hacer lo que a uno le pide el cuerpo, ¿eso es vivir no? Pues tu vive, vive para viajar o vive para quedarte en tu Torremolinos durante un tiempo o para volver a Frailes a desconectar un rato 😀
Como dice Jose, esperamos poder disfrutar de tu alto en el camino 😉
Claro que si Rafa!!
Ya sabes que cuando quieras tienes casa en Torremolinos… ¿para cuándo una visita?
Un abrazo grande amigo! Nos vemos pronto 🙂
Qué bueno Javi ? Para nada da la impresión que dejes de viajar, al contrario, estás haciendo un gran viaje, seguramente uno de los más interesantes y profundos. Felicidades por estos pasos viajero, ya has llegado a poder vivir de forma distinta a la aprendida, saliste de un traje apretado que te venía pequeño y conseguiste tiempo de calidad para ti. Sin duda sabes cómo llenarlo, ese es el gran viaje, vivir para viajar a tu antojo y ritmo. Mi más sincera enhorabuena por todo lo aprendido Javi.
Un fuerte abrazo viajero, salud!
Desde luego que sí Sandra. Y este viaje está lleno de sorpresas!
Seguro que nuestros viajes y carreteras se vuelven a cruzar pronto.
Mientras tanto te mando un abrazo grande!! 🙂
Toma notición del año! egoístamente me alegro, pero sobre todo me alegro porque se te ha visto y se te vé feliz! Aquí en Madrid tienes casa, no hace falta ni que te lo digamos! Qué bonitas palabras le has dedicado a tu querida Málaga! Pues ya que te quedas aquí por un tiempo, tenemos que vernos más. Un abrazote enorme.
Gracias guapa!! Si te alegras de forma egoísta, yo me alegro más todavía!! 🙂
Lo de Motril fue poca cosa, como una visita al médico, así que tenemos que planear algo mejor!!
¿Málaga o Madrid?
Un abrazo grande!!
Te entendemos perfectamente. Por eso, nosotros, aunque viajamos bastante, siempre tratamos de regresar a los dos meses para estar con nuestras familias. Viajar nos da mucho, pero si te paras a pensar en que tus padres envejecen y cosas así… Encuentras que la mejor manera es un fify fifty… Pero también te decimos compi que si eres viajero seguiras como dices por España dando tumbos… jajajaja
¡Vaya sorpresa! :O
Qué bueno que vayas a estar a este lado del Atlántico, al menos durante un tiempo, sobre todo si, como tú dices, es lo que ahora te pide el cuerpo.
A veces, para seguir disfrutando de lo que a uno más le gusta (viajar en este caso) es necesario parar y reforzar ilusiones… 😉
Seguro que tu mami estará encantada con tu decisión, jejeje.
Saludos.
De eso se trata! De viajar y descansar cuando te pida el cuerpo!
Y sí, mi madre es la que está más contenta con esta parada! 🙂
Un abrazo chicos
Este tiempo que vas a estar aquí lo que vas hacer es coger mucha fuerza para seguir viajando por el mundo, siempre es bueno tomarte un respiro para seguir tu camino 😉
Un abrazo.
A veces es necesario parar para poder tomar fuerzas! 🙂
Cuánto nos alegramos de tenerte por aquí estos días-meses o el tiempo que sea!!! Te esperamos con los brazos abiertos para recorrer Huelva y tomar muchas cervecitas frias!!! ???
Eso es guapa!! 🙂
Tenemos que aprovechar para hacer unos viajecitos juntos… A ver si nos vemos pronto (que las cervezas se calientan)!! 🙂
Un beso grande!