Los incidentes ocurren cuando menos te lo esperas. Tanto en tu día a día, como en los viajes.

¿La diferencia? Posiblemente, además de los percances propios de los viajes (retrasos, perdidas de equipaje, etc), estés en un lugar en el que el sistema de sanidad o bien no exista, o bien no sea público o bien no sea de tanta calidad. Y es que esto, aunque no lo valoremos por parecernos lo normal, es una de las mejores cosas que hay de vivir en Europa.

Por esto, para viajar libre y sin preocupaciones tienes que viajar asegurado. Y es importante que sea un buen seguro. O eso es lo que me dice la experiencia después de más de 10 años fuera de España.

Aunque he de reconocer que no siempre he viajado con seguro… y me he terminado arrepintiendo.  Te resumo brevemente cuatro experiencias viajeras.

  • Cuando viví en Estados Unidos, entre 2009 y 2013, tuve que sacarme un seguro privado. A pesar del elevado coste (casi de 10 dólares al día) nunca me planteé el no tener seguro en un país en el que la sanidad es privada y tiene un coste increíblemente alto. Lo pude comprobar el día que tuve un accidente de moto. Para lo que pudo haber sido… tuve mucha suerte. Salí casi ileso, salvo por unas molestias en mi rodilla derecha. Fui al hospital para verificar que todo estaba bien, y tras confirmarlo con unas radiografías, llegó la factura: más de 2.700 dólares, de los cuales “sólo” tuve que pagar el deducible de correspondiente a los primeros 500 dólares.
Si viajas a Estados Unidos, Australia, Japón, Singapur, etc…. Asegúrate de que estás asegurado. Cualquier incidente en uno de estos países puede complicarse mucho más de lo que puedas llegar a imaginar.
  • En 2015 realicé mi primer viaje largo por Asia, así que compré un seguro de viajes a través de una web que comparaba diferentes compañías: aseguratuviaje.com. Tras revisar varias opciones, encontré uno con bastantes coberturas que me salió muy bien de precio. Sin embargo, lo barato terminó saliendo muy muy caro.

    La primera con casi lo peor que puede pasarte en un viaje: una emergencia familiar. Al activar el seguro hubo mucha confusión porque al parecer me habían vendido un seguro de negocios que no aplicaba a mi viaje de mochilero. El tiempo que transcurrió en aclarar la situación hizo que perdiera la única conexión posible con la que podría atender al funeral, el cual al final me terminé perdiendo.

    Unas semanas más tarde, sufrí el robo de mi ordenador portátil, y todo fueron problemas para tramitar la denuncia. Tanto, que al final desistí y cancelé la reclamación.

Un seguro es posiblemente lo único que compras para un viaje, que deseas no tener que usar. Pero si llega el momento, querrás uno que funcione con garantías. Apuesta por la calidad, y lee la letra pequeña.

  • Tras la pésima experiencia del anterior seguro (que no me terminó valiendo para nada), decidí asumir el riesgo en los siguientes viajes preocuparme en buscar una solución si me llegaba a ocurrir algo. Y sucedió.

    Caminando por una carretera me torcí el tobillo y caí al suelo. Quizás por un golpe de calor. Estaba en Cartagena, Colombia, y era el día de Navidad. Traté de encontrar un médico de emergencia, pero tras preguntar a varias personas, no supe a dónde ir. Al no tener un teléfono de asistencia, desistí y me puse hielo para controlar la hinchazón. Total, regresaba a España en 2 días. Sin embargo, el no haberlo tratado correctamente al instante, me ocasionó molestias durante unos 6 meses, además de tener que pasar varias veces por el fisioterapeuta. Esta situación me hizo tomar la decisión de viajar siempre con seguro, porque te puede pasar algo en cualquier momento.
  • Mi más reciente experiencia fue en Indonesia, apenas unos días después de terminar de grabar La Basura No Da “Likes”. Tras la marcha de mis compañeros Alberto y Sergio, me quedaba por mi cuenta unos días extra, para disfrutar de las playas. Y de sus atardeceres.
Atardecer en Nusa Lembagon
Un día estás así…
Y a la mañana siguiente te levantas por la cara, con esta cara

Estaba en Nusa Penida. Una espectacular isla en pleno desarrollo, carente de muchas infraestructuras. Entre ellas, hospital. Por suerte, esta vez sí tenía un seguro de viajes internacional con InterMundial, y tras activar el seguro por teléfono, me recomendaron un centro de salud al que podía ir, situado en Nusa Lembogan, la isla de enfrente, que a pesar de ser mucho más pequeña, tenía todo tipo de servicios.

¿El problema? Tendría que desplazarme de una isla a otra… y había alquilado una moto durante varios días que debería devolver en Bali, así que no podía dejarla en Nusa Penida porque para empezar, no tenía un lugar seguro para hacerlo, y tampoco sabía el tiempo que tardaría en volver o ni siquiera si lo terminaría haciendo.

Hablé de nuevo con el seguro, y me comentaron que el transporte de la moto también estaba cubierto, y que como posiblemente saldría tarde del centro de salud, podía reservar un alojamiento en las inmediaciones el cual también estaba cubierto.

Por suerte, al día siguiente la hinchazón bajó considerablemente, y aunque no estoy seguro de si fue una picadura o una reacción alérgica a algo, pude reanudar el viaje sin mayores problemas.

Si no hubiera tenido seguro, seguramente hubiese tardado mucho más en gestionar todo esto, además de haberme salido mucho más caro. Por eso lo de… para viajar libre, viaja asegurado. Algo que estoy seguro (valga la redundancia) que haré de ahora en adelante.

Pero por mi experiencia, también te recomiendo que no sólo que tengas un seguro, sino que te asegures de que sea uno que vaya a responder en caso de que sea necesario… porque lo que menos querrás hacer, es tener que “pelearte” con alguien si llega el momento de tener que usarlo.

Mi experiencia con InterMundial ha sido bastante satisfactoria (el único pero que le pongo es que para activar el seguro tienes que hacer una llamada, y eso dependiendo del lugar, no siempre es tan sencillo), por lo que esta es la empresa que recomiendo desde Vivir para Viajar. Y además, si reservas desde este enlace, tendrás un descuento sobre el precio normal.

Un abrazo, y viaja libre 😉